martes, 17 de julio de 2012

Pont de Suert; el amargo abandono

Con la idea de que fuese el último triatlón de esta primera parte de la temporada, salimos el sábado destino Sort, que tiene la administración de lotería más laureada de todos los tiempos, para el domingo desplazarnos al Pont de Suert con el fin de afrontar el campeonato de Catalunya absoluto de triatlón. El estado de forma en el que me encontraba no era ni mucho menos el idóneo. La fatiga hacía ya semanas que retumbaba por mis cansadas piernas. Poder repetir un resultado como el del año pasado en Banyoles (8º absoluto) era una auténtica quimera.

Fue una natación extraña por su facilidad. Habiendo una inscripción de más de 400 triatletas se podía prever algo de jaleo en el inicio. El agua, fresquita, obligó a que tuviésemos que enfundarnos nuestros neoprenos. Salida. Primeros 100 metros y una gran duda me acechó. Según habían informado había que completar el triangulo acuático siguiendo el sentido de las agujas del reloj, pero tuve la sensación que la punta formada a mi derecha, con los mejores nadadores, iba en sentido contrario. El punto de vista des de la cota del agua me jugó una mala pasada y realicé un ligero cambio de dirección. Una pérdida absoluta de tiempo y desafortunadamente no pude formar parte del grupo en el que creo que debía estar.

(Salida del agua en solitario)

Una T1 complicada (básicamente porque estaba ubicada en una subida) me dejó mermado para los primeros km de bici. El colapso de mis piernas no me permitía conectar con dos triatletas que tenía a escasos 50 metros. De todas formas un grupo potente comandado por Juarez del Mataró nos absorbió. Poco después otro pequeño pelotón con Soler (también del Mataró) en cabeza permitió que se formase el primer gran grupo. Por delante sobrevivían tres pequeños lotes de ciclistas. Los dos citados triatletas, mostrando un gran potencial sobre la bici, se fueron mientras que a nosotros nos costó una vuelta llegar a entendernos. Vila, Queralt, Martin, Merino y alguno más, empezamos a entrar a los relevos. El circuito transcurría en una carretera con dos puntos de giro a unos 6 km de Pont de Suert. Primero con una clara tendencia a subir, para luego girar sobre nuestros pasos y aprovechar el terreno favorable. Un trazado muy aburrido.

A falta de unos 5 km para calzarnos las zapatillas de correr, pudimos enlazar con el grupo de Sergio García, León y Ruvireta entre otros. Ahí había la 15º plaza.

Durante el segmento ciclista ya notaba que iba al límite. Apenas bebí. Y aunque participé activamente en los relevos, después de cada uno de ellos tenía dificultades para recuperar. No era capaz de, como dice Perico Delgado, acompasar la respiración con cada pedalada.

Empecé a correr con facilidad y agilidad. Fue un espejismo. Tenía el pecho cargado, las piernas muy adoloridas y por la cabeza rebotaba como el eco en las montañas la palabra abandono. No es fácil tomar esa decisión. Miento. Es fácil abandonar. Uno podría llegar a acostumbrarse a abandonar ya que de esta forma no se sufre. Lo realmente difícil del acabar antes de tiempo es el post-carrera. “Todos han sufrido, todos han terminado, todos han triunfado”, piensas. Todos excepto el que ha abandonado. Esa es mi visión del abandono, aunque unas pocas veces, y por motivos de salud, puede estar justificado. No es el caso del domingo. Cuando Carlos Mir, tercer hombre del club en la clasificación, me pasó, la retirada se consumaría enseguida.

(Al final terceros por equipos con Reig, García y Mir) 

Destacar a 4 nombres propios. Primero a Serrano, Parreño y Moreno, que coparon los tres cajones del podio. Y segundo felicitar al que creo que fue el hombre del día: Albert Reig, amigo y compañero a quién le salió un triatlón antológico (aunque él no lo reconozca), manteniendo la tercera plaza hasta a falta de 2 km para meta. Se colgó una medalla de chocolate amargo que poco a poco ganará en proporción de azúcar y pronto le sabrá a oro.

Hoy, sentado en el sofá de mi casa con un resfriado de caballo y unas decimillas de fiebre, puedo decir que toca descansar para recuperar la alegría y afrontar esos atractivos próximos meses de septiembre y octubre que vienen.

miércoles, 4 de julio de 2012

6º en Puigcerdà

Otra vez han pasado muchos días des de la última actualización. El trabajo, los entrenamientos, y simplemente el humor, son las tres principales causas de esa laguna literaria. Dos crónicas de dos carreras tengo pendientes: la primera, corresponde al clasificatorio para el campeonato de España élite de Banyoles disputado hace ya más de dos semanas, y la segunda, la del triatlón de Puigcerdà; prueba del pasado fin de semana. Ya des de niño, cuando merendaba pan con chocolate, siempre comía en primer lugar ese dulce placer de los dioses. Siguiendo esa misma filosofía para escoger la carrera a explicar, continúo aparcando el triatlón de Banyoles.

Puigcerdà está lejos, en plena naturaleza pirenaica, y es por eso que muchos de los participantes optamos para pasar la noche del viernes allí.

El día despertó acorde con la tranquilidad de la zona. Ya con el neopreno enfundado, un corto calentamiento sirvió para recordar al cuerpo que tocaba competir. El muy cobarde no estaba dispuesto a ponérmelo fácil. La pesadez de brazos se dejaba notar y aquella agradable sensación de ligereza tampoco aparecía. Algo que desafortunadamente acostumbra a ser frecuente.

(Al pontón antes de empezar)

A grosso modo, el recorrido de natación lo formaban una vuelta y media al lago del centro de la localidad. La combinación sin olas y con neopreno era magnífica para mí. Hasta la primera boya nadé prácticamente solo esquivando los temidos golpes de las aglomeraciones. Los favoritos se fueron a la derecha del pontón de madera. Había mucho jaleo allí. Fue clave la elección del punto de salida y el giro en esa primera boya. Al sacar la cabeza del agua estaba a pies del grupo de favoritos ¡Excelente! Durante la T1 me pude localizar: Sergio García justo adelante, Carlos López justo detrás, Richard Calle a la vista… Un momento… ¿Richard a la vista? Ver también a Albert Parreño (Fasttriatlon) supuso la confirmación de que el sector de natación había sido bueno de verdad.

Richard, generoso, ofreció su rueda y nos acercó a Antonio Roldán (Mataró), escapado hasta el momento. Lideré la prueba durante algunos centenares de metros. Es un lujo sentir que vas primero. Es un lujo ver a la moto de la policía que abre la carrera. Es un lujo competir con la gente que estaba allí. Unos tres km de subida conformaban la parte más dura del recorrido (juntamente a los 500 metros antes de dejar la bici a la T2) y es allí donde se decidió todo. Richard movió ficha y el pelotón tembló como hojas bailando al ritmo del viento otoñal. Sacó a relucir su clase encima de las dos ruedas componiendo una preciosa sinfonía con cada una de sus pedaladas. López de Sagredo (un junior del Fasttriatlon) y Carlos (mostrando su buenísimo estado de forma) se agarraron a la rueda del virtuoso Calle. El podio se iba. Quedamos cuatro en un segundo grupo, entre ellos Macara (Manresa) y Pagès (Fasttriatlon). Sobre el km 10 llegaron al grupo Soler (Mataró) y García (que sufrió una caída en la T1) y el primero de los dos, como si de un enviado del diablo se tratase, convirtió los escasos km que quedaban en un infierno.

(Antes de entrar a la T2)

Salí ligeramente mejor de la T2 que mis rivales, pero pronto Sergio se unió a la fiesta. Ibamos cuarto y quinto respectivamente. El ritmo que llevábamos no era muy exigente y desafortunadamente yo sufría. Los fantasmas de la carrera a pie volvían a aparecer. No acaban de salir las cosas en esta disciplina. Fuimos juntos hasta que a falta de 2 km Sergio se fue a por esa trabajada medalla de chocolate. Lluís Vila (Terrassa) venía como una exhalación por la retaguardia y nada pude hacer para no ser superado. Otros buenos corredores avanzaban con fuerza pero la meta ya estaba demasiado cerca. La sexta plaza era mía.

(Se nota la falta de fuerza en la zancada)

La lucha por el podio finalizó con el sorprendente  López de Sagredo ocupando el cajón más alto; Richard acabó segundo y Carlos obtuvo una merecidísima tercera posición. Por equipos ganamos gracias a la fantástica aportación de Sergio como tercer hombre.


(¡Nadie respiraba en la foto!)

Por su parte la gladiadora Mar Celma cruzó la linea de meta en la tercera posición final absoluta completando así un buen fin de semana para el CN Prat.
 
La necesidad de descansar empieza a ser evidente, eso podría explicar la bajada de rendimiento en la carrera a pie, aunque también barajamos otras opciones. Cuesta asimilarlo mentalmente y más cuando hace un par de meses todo iba viento en popa. 

Un triatlón para repetirlo el próximo año (organizativamente hablando un 10) y desquitarse de esa sensación de haber corrido mal.

Por último felicitar a todos los amigos y compañeros FINISHERS (y no finishers) que se desplazaron a Austria para participar en el Ironman de Klagenfurt!